
¿Cómo transmitir la fe a nuestros hijos?
La familia hispana juega un papel muy importante en el futuro de EEUU
¿Cómo transmitir la fe a nuestros hijos?
Published: 15 August 2019
Por Ricardo
Márquez
El miedo, la confusión y la frustración atrapan el flujo del amor, producen contracción en nuestra mente, cuerpo y corazón, son como trampas que nos detienen y roban la vida.
Si a eso le
añadimos las preocupaciones por conseguir el pan de cada día, la inseguridad de
no tener un status de legalidad donde vivimos y la incertidumbre del
futuro…tenemos los condimentos necesarios para cocinar la “sopa” de la
desesperanza, el desánimo o la depresión. Terminamos actuando y siendo lo que
nos alimenta el alma.
Cincuenta y tres millones de Hispanos viven en los Estados Unidos, 35.5% de ellos han nacido en sus respectivos países de origen. Se estima que la población hispana crecerá de un modo impresionante en los próximos 50 años.
El porcentaje de los hispanos nacidos en el exterior es cada vez menor. Más del 93% de los hispanos menores de 18 años son ciudadanos estadounidenses de nacimiento. El 58% de los católicos entre los 18 y 34 años (los llamados “millenials”) son hispanos, y de este grupo, el 67% de los que van a misa son hispanos.
Todo apunta a que el futuro de la comunidad católica en los Estados Unidos está ligado a cómo crezca, se forme y evolucione el grupo hispano de la comunidad católica.
La familia en este futuro juega un papel
muy importante. Las familias son las escuelas de formación primaria de la fe,
los valores y las costumbres. En la familia se aprende por modelaje, refuerzo
positivo y tiempo compartido. Esta es la forma en la que se transmiten los
valores que van a ser las “guías para la acción” en la vida. En la familia los
niños y las niñas aprenden de lo que ven, escuchan y sienten:
Si un niño vive
criticado, aprende a condenar. Si un niño es respetado, aprende a respetar. Si
un niño vive apreciado, aprende a apreciar. Si un niño vive con hostilidad,
aprende a pelear. Si un niño vive con aceptación y amistad, aprende a
relacionarse con amor y respeto. Lo que suceda en los primeros siete años de
vida de un niño es determinante para su futuro como ser humano.
La fe es una
actitud ante la vida, es un regalo que nos dieron nuestros padres, es creer en
el mensaje de Jesús que nos invita a vivir como hermanos, que nos convoca a
amarnos y ser solidarios mientras dura nuestra corta existencia en este
planeta.
La fe se expresa en nuestro modo de proceder,
en la forma de tratar a las personas con dignidad y con respeto,
promoviendo la justicia y la convivencia
humana en la paz…estuve en la cárcel y me visitaste, tuve hambre y me diste de
comer, enfermo y me visitaste (Mt. 25). La familiaridad y la lectura de la
Palabra, las liturgias comunitarias, los momentos de convivencia y oración en
la casa (la Iglesia doméstica)…todo ello va alimentando la fe y ensanchando el
corazón para amar y servir. Es transmitir lo que creemos a través del bien que
hacemos.
El miedo desaparece cuando nos centramos en
hacer el bien, eso es lo que se modela, no es sólo transmitir tradiciones y
rituales, es transmitir un modo de vida donde las tradiciones, contenidos y
rituales nutren y reflejan el Espíritu de Dios en lo que hacemos y en nuestras
relaciones con los otros, a quienes consideramos hermanos.